miércoles, 4 de diciembre de 2013

Un paso máis na privatización sanitaria


En Praza Pública
En Nueva Tribuna


O día dous de decembro o PP aprobou no Parlamento galego, cos seus propios votos e a oposición dos demáis partidos,  unha lei de gran relevancia para o futuro da sanidade neste país. A Lei de Garantías  de Prestacións Sanitarias establece que o Sergas non poderá demorar máis de dous meses para unha intervención cirúrxica nin máis de 45 días para unha consulta externa ou proba diagnóstica. Esta esixencia é imposible de cumprir.  As políticas impostas polo PP na sanidade (reducción orzamentaria, eliminación de prazas, supresión das quendas de tarde etc) incrementaron as listas de espera de xeito notable. As demoras actuais están moi por enriba dos límites marcados (40 días en cirurxía e 8 en consultas). 

Se non é posible cumprir estes prazos tan estrictos (máis rigorosos que os sinalados na lei anterior), cal é a razón para que impoñan unha norma coma esta? Porque é a excusa perfecta para enviar masivamente os pacientes aos centros privados -que levaban un tempo preparándose e agardando por esta disposición-. Como os servizos públicos non poderán dar resposta ás demandas que se xeren os pacientes poderán reclamar ser atendidos nun hospital privado. A lei aborda outras cuestións, mais o cerne da norma é iste: a partir de agora a derivación masiva de pacientes aos centros privados vai ter cobertura legal. O portavoz do PP  afirmou que se trata da norma máis importante desta lexislatura, pero os partidos da oposición consideran que  reforza a privatización da sanidade galega. “Un arma de destrucción da sanidade pública”, chegaron a afirmar no tenso debate parlamentario no que o PP aplicou a súa maioría absoluta de forma aplastante. 

Esta lei, que pretenden presentar como positiva para os usuarios, é moito máis que unha manobra de marketing político. Trátase dunha medida fraudulenta, que da prioridade ao negocio privado sobre o beneficio dos cidadáns, e leva dentro unha gran carga de profundidade que pode incrementar o deterioro dos servizos públicos mentras fai inxeccións económicas crecentes nos hospitais privados. Xa advertiu o Consello Económico e Social que non será posible reducir os tempos de espera sen incrementar os recursos. Esta utilización crecente dos centros concertados  “supón un cambio cualitativo que impulsa un sistema mixto primando a aportación da sanidade privada”. Neste terreo, igual que noutros moitos, seguen os pasos de Madrid, que levou a sanidade pública á ruína e o caos mentres aos centros privados médranlle as contas de resultados.

Esta noticia, importante para os cidadáns e de consecuencias severas para o futuro próximo, non foi destacada polos xornais, que adicaron as páxinas principais, con grande aparato tipográfico, á consulta telefónica. Trátase de que os pacientes poidan chamar ao seu médico de cabeceira para resolver asuntos de  saúde que non necesiten a presenza física. Desta maneira o Sergas plantexa despachar 11.000 consultas diarias. Publicitan como novedoso este sistema que os médicos utilizamos a diario sen precisar dun proxecto específico para a súa execución. Trátase de usar o sentido común, ter boa disposición terapéutica e ánimo de axudar. Mais o Sergas ven de adxudicar un contrato millonario a Telefónica (28 millóns de euros para os próximos tres anos) e pretende, con esta campaña publicitaria, xustificar semellante desembolso. Teño a convicción de que a coincidencia de ambas noticias non é un feito casual.

As medidas privatizadoras continúan, agora xa sen disimulo, e a sanidade galega atópase nun momento crítico. Se non hai unha resposta dos cidadáns e dos profesionais chegará un día, moi próximo, en que o perdido xa non poderá ter retorno. Os próximos días 9 e 10 de decembro hai convocada unha folga na sanidade pública. Sobran os motivos. 



7 comentarios:

  1. Sí. Sobran los motivos. O se frena este desmadre o la mayor parte de la ciudadanía estará abocada a una sanidad de beneficencia.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Una Sanidad de beneficiencia, desbordada y sin medios y otra de sonrisas, batas impolutas, corbatas y facturas astronómicas. Una Educación de beneficiencia, desbordada y sin profesores y otra de niños de uniforme y curas y con "donativos" sacados a la fuerza. Un Mercado laboral con contratos basura y sueldos miserables y otro con contratos blindados, sueldazo, brillantina y "buena familia".

    ResponderEliminar
  4. ¿QUÉ CREERÁN LOS "POLÍTICOS" QUE SIGNIFICA LA PALABRA "POLÍTICA?

    Hoy y mañana se ha convocado una huelga en sanidad en Galicia. Se vislumbra la amenaza clara de una privatización en esta autonomía. Está mucho en juego. Tanto que la Administración ha establecido unos servicios mínimos de un 38%, lo que significa el fracaso que esa huelga tendrá en términos cuantitativos. Cuando "arreglen" el derecho a huelga, es probable que los servicios mínimos supongan más personal trabajando que un día normal.
    Esas decisiones son políticas y nos afectan. Que privaticen la sanidad es una decisión tomada a través de la política, por parte de quien mande realmente, y que nos afecta.
    Pues bien, si alguien protesta, si alguien hace huelga, es criticado desde el poder porque ve en esas manifestaciones un "trasfondo político", como ha señalado la preclara Conselleira de Sanidade. Es decir, un ejemplo más de que quienes hacen de la política una especie de profesión (bastante lucrativa) critican lo elemental que ya nos había contado Aristóteles: que todo ser humano es político... de polis, de ciudad. Claro que los maestros griegos se referían a la gente libre. De nuevo se hace claro que no nos quieren reconocer el ser como político, el ser como ciudadano; sólo quieren súbditos, siervos, en un país con una deriva autoritaria evidente.
    Y es que ya lo aconsejaba Franco: "haga como yo, no se meta en política".

    ResponderEliminar
  5. Alegrémonos, no obstante.
    Esta mañana ya he atendido en el teléfono de mi casa (supondrán con razón que estoy de huelga) a una señora o señorita que decía hablar en nombre del Colegio Médico de A Coruña para invitarme a asistir el próximo 4 de enero a la fiesta de los Reyes Magos, que incluye chocolate para los asistentes. Aunque decliné la invitación, no cabe duda de que estamos ante algo entrañable. Eso es lo que parece importar en estos tiempos.

    ResponderEliminar
  6. Esta mañana, tras la huelga, pude oir una tertulia radiofónica en la que una de esas personas encantadas de haberse conocido, el Sr Barreiro Rivas, defendía la privatización de la Sanidad poniendo el ejemplo de los transportes públicos. Hace 40 años todos dependían de los ayuntamientos y actualmente son todos privados, sin merma de eficacia o prestaciones. La mayoría amordazada (no silenciosa) no tenemos las relaciones del Sr Barreiro para hablar a miles de personas sin que nadie pueda o se atreva a responderle con la verdad. Como él es mayor, le recordaré que en el año 67, cuando yo iba al Colegio en A Coruña, un litro de gasolina costaba 13 pts y un billete de autobús (municipal) costaba 2,50 pts, o sea la quinta parte. Hoy el billete (privado) cuesta 1,25€ y la gasolina (que no es barata) 1,45€, o sea casi lo mismo. EL SERVICIO PRIVADO MULTIPLICO POR 5 EL PRECIO DEL BILLETE. Pero además, LA COMPAÑIA RECIBE 7 MILLONES DE EUROS ANUALES DE SUBVENCION por parte del Ayuntamiento. Eso es Privatización y lo demás mentiras y monsergas interesadas. Dios no coja confesados, Sr Barreiro. A usted sobre todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí. Me gusta la expresión "personas encantadas de haberse conocido". El narcisismo no podría definirse mejor.
      ¿Qué tiene de bueno la privatización de un servicio público? Conozco las respuestas habituales: esto en la privada no pasaba, a alguien así en la privada lo largarían, saben gestionar porque les va su dinero en ello, etc., etc.
      Pues bien. Para mí la cosa está muy clara (de las pocas que tengo claras). Es legítimo que una persona, o varias, monten un negocio, que puede ser un clínica, con humano afán de lucro y que, a la vez, ofrezcan un magnífico servicio médico. Lo que me parece indecente es que un sistema público, construido por todos y al servicio de todos, es decir, que no mira ese afán de lucro (a pesar de los patéticos gestores que lo dirigen), pase a ser concebido como negocio. ¿De qué van?
      Y hay una cuestión al respecto: ¿Quién? ¿Quiénes serían los encargados de vender lo nuestro, lo de todos? ¿Quienes ya tienen intereses clarísimos en el ámbito privado o en fundaciones de cuya existencia sabemos tarde, mal y arrastro?
      Vi en V la defensa dialécticamente patética que hicieron dos cardiólogos, uno de ellos director del CHUAC, de la "unidades de gestión", poniendo a la de corazón como ejemplo. Pero... ¿es que se ignora la génesis de esa unidad, la inversión tecnológica que supuso a expensas de otras áreas asistenciales? ¿Es que hay una lumbrera en el CHUAC y todos los demás somos tontos?
      Yo hice huelga contra esa maldita obsesión privatizadora. La hice, como dice nuestra Conselleira, con "trasfondo político", porque soy político, de polis, de ciudad, como ella, como todos los ciudadanos. Me niego a ser súbdito.
      En términos prácticos, mi huelga no se notó. Simplemente, hubo gente encargada de acumular el trabajo de esos días para mí. Pero sí sirvió... como símbolo. Me sirvió a mí. Alimentó ese pequeño narcisismo que, aunque menor que el de Barreiro, también poseo, el de la dignidad.

      Eliminar